HERENCIA DEL SEXO EN ABEJAS 🐝
La forma en que se determina el sexo en las abejas es diferente a la de los seres humanos. En lugar de depender de cromosomas sexuales como el X o el Y, las abejas usan un sistema llamado haplodiploidía. En este sistema, el sexo depende del número de pares de cromosomas que tiene cada abeja.
Las abejas hembras (como la reina y las obreras) tienen dos pares de cromosomas, es decir, son diploides. Estas se desarrollan a partir de huevos fecundados, huevos que han sido unidos con el esperma de un zángano. Por otro lado, los machos (zánganos) tienen un solo par de cromosomas, o sea, son haploides. Los zánganos nacen de huevos no fecundados, gracias a un proceso llamado partenogénesis.
Algo interesante es que los zánganos no tienen padre, ya que nacen sin necesidad de fecundación. Además, solo pueden tener hijas, no hijos. También pasa algo interesante entre las hermanas obreras: como todas vienen de la misma reina y del mismo zángano, comparten aproximadamente el 75% de sus genes. Esto hace que colaboren mucho entre ellas y trabajen en grupo para cuidar a la colmena y a la reina.
Además del sistema haplodiploidía, algunas abejas también usan un gen especial llamado gen del sexo complementario (csd). Si una abeja tiene dos versiones diferentes de este gen, será hembra. Si solo tiene una versión (porque es haploide) o dos iguales (homocigota), será macho. Los machos que tienen dos genes iguales suelen ser estériles o poco viables, y las obreras los eliminan para proteger la colmena.
Esto también ocurre en otras especies como las avispas o las hormigas.
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